Ciclo de Terror

La oscuridad pronto dio paso a la noche, y la única salida estaba a cincuenta metros de mi. La cueva presentaba a la luz de la luna el aspecto mas terrorífico que podáis imaginar, las estalactitas eran como garras que jugueteaban en el techo haciéndome sentir una presa débil, y la magia terrorífica que presentaba la cueva las afilaba aun más.

Me decidí a cruzar el lago de la cueva por la orilla, no sin antes contemplar el reflejo de la luna en el fondo... el lago tenia unas aguas cristalina; conforme fui caminando por el borde las aguas claras se tornaron en una oscuridad ponzoñosa y empezaron a emanar burbujas y un olor a estancado. Cerca de la salida un tentáculo gris emergió del agua y anudó a mi pierna a lo que yo pensaba que sería mi muerte, morir ahogado por una criatura así no estaba en mis planes.

Desperté a las horas del extraño suceso, intacto y de una pieza, pero volvía a estar en el fondo de la cueva y la salida se hallaba exactamente donde la vi por primera vez. Anticipándome a lo que pudiera ocurrir de nuevo esta vez mi cuerpo salto en un impulso de velocidad hacia la salida, pero de nuevo los tentáculos emergieron del agua para arrastrar mi cuerpo esta vez a la boca de la inmunda criatura.

Como si aquel sueño  hubiese echo mella en mi volví a despertar en el mismo sitio donde estaba destinado a despertar, pero aquella vez decidí tomarme mi huida con tranquilidad pues tenía la corazonada de que este episodio  se convertiría en un ciclo sin fin. La salida estaba cerca de mis pasos y la criatura no parecía manifestarse de las oscuras aguas, asique me dispuse a afrontar mi nueva etapa de huida para poder descubrir la realidad de todos estos sucesos.

La salida estaba ante mi, con mis ojos pude observar como el pueblo donde yo me había criado al pie de la montaña estaba en llamas, las gárgolas y los demonios habían arrasado con los bosques de alrededor. Sin poder evitarlo aquel kraken del lago me había introducido en su mundo de pesadilla del que jamás podría escapar.