A la mañana siguiente sus pensamientos no paraban de pulular, ¿pero como ordenar estos deseos? ¿ Como clasificarlos? De una cosa estaba seguro, él debía actuar como siempre escuchando y ayudando. Él era un apasionado de la jardinería y se sentía pleno con su bonsai de roble, con el que solía pasar sus ratos libres. Él con mimo y cuidado trataba al bonsai como a la persona de sus sueños, pero por otra parte se sentía culpable de aprisionar así a su bonsai. SE encontraba en un mar de dudas en donde la solución de toda cuestión era echar alas y salir de aquel sitio...
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